Componentes: Amaya, Izaskum, Roberto, Javier, Carlos y José
Que quedó de aquella noche, qué palabra se nos fue, sólo un nombre que olvidé al amanecer, pero ahora sueño con volver, a ese amor que entonces fue, solo un nombre, que olvide al amanecer&
Mocedades 8, es el título del siguiente trabajo del grupo, un disco que no supuso mucho ni en cuanto a ventas ni tampoco a éxitos. Se trata de un disco de continuidad. Con algunas creaciones de gran calidad, como es el caso de Solo era un niño, que salió como primer sencillo. Una conmovedora canción que cuenta la historia de muchacho que fue asesinado en una manifestación en la Plaza de Oriente de Madrid. Con esta canción, Mocedades toca el tema social de una forma más directa de lo que había hecho hasta entonces. Con esta canción alcanzaron el número uno de los 40 principales durante algunas semanas. El segundo sencillo de este trabajo fue Nana, un tema de ritmos inusuales para Mocedades, con clara influencia en cuanto a arreglos musicales del rock andaluz que tan de moda se estaba poniendo durante esa época.
Pero las críticas les iban lloviendo, sobre todo de este disco, en el que se decía que de Mocedades ya estaba todo descubierto. El repertorio de grabación ya no era tan variado como en los primeros. Se estaba abusando de la fórmula que les había dado éxito, Amaya y el resto del grupo haciendo coros. Aunque se habían arriesgado con ritmos diferentes como es el caso de Nana, o De puro mío tu cuerpo, un dúo entre Izaskum y José, una canción con ritmos que se acercan mucho a la rumba. También se incluye una nueva versión de Pangue lingua, interpretada por Roberto y Javier. Dos temas en euskera; Lo kanta, una canción de cuna y Santa Yagueda. Y un tema de los Bee Gees, Como un nombre, que junto con el tema estrella del disco, es lo mejor de este Mocedades 8.
Casi todos los años, Mocedades solía presentarse en Madrid en directo, casi siempre en la sala Cleofás. Allí presentaron el último trabajo y en cuanto a las críticas, solía haber de todo. En lo que muchos coincidían era en lo hieráticos y lo fríos que resultaban en el escenario, pero también en lo que todos coincidían era en el perfecto empaste de las voces, la elegancia y en definitiva el buen directo que tenían.
El otoño lo pasaron en América, a Méjico siempre y luego a los que salieran, que en este caso fue Brasil, dónde cosecharon grandes éxitos. En el país azteca cabe destacar la presentación en Estelaris, que fue apoteósica, con una nueva canción que en España no tuvo ninguna repercusión, pero allí alcanzó los primeros números en las listas de ventas. Si yo no fuera fiel, de su último trabajo, Mocedades 8. Fue también en este viaje, dónde Izaskum dio la noticia de su próxima maternidad, para primavera del año siguiente tendría su primer hijo.
La octava entrega de Mocedades viene encabezada por una de sus mejores canciones: “Solo era un niño”, una tremenda balada de esas que ponen la carne de gallina con un espectacular trabajo coral que denuncia el empleo de niños y adolescentes en las guerras. La canción, a pesar de su tristeza, alcanzaría a fuerza de calidad el número 1 absoluto de ventas en singles y también la cabecera de Los 40 Principales.
“Lo kanta”, cantada en vasco, contribuye al aire melancólico e intimista de todo el LP. También “Santa yegada”transita por los mismos caminos musicales y lingüísticos. “Si yo no fuera fiel” es otra de las canciones que repite la estructura y temática más recurrente de Mocedades en su mejor época, siempre ahondando con precisión de bisturí y delicadeza de seda en las relaciones de pareja y sus comunes avatares. Unos argumentos que cuadraban de maravilla a la voz de Amaya y a las intervenciones corales del resto de los componentes. Repiten el litúrgico “Pange Lingua” que fue el tema más conocido de su álbum de debut, “Mocedades 1” (Novola, 1969), y que fue regrabada para la ocasión. Se termina la cara A con un tema que rompe totalmente la estructura del LP;“La Lola”, una camaleónica acordeonista, alegre e inconformista que rompe todas las penas con sus vivencias y su música charanguera. Un tema realmente delicioso con esta Mata-Hari de andar por casa.
Guitarras pasadas por wah wah y sintetizadores primitivos para esta particular “Nana” en la que el moderno acompañamiento instrumental contrasta con el clasicismo popular de la melodía. “De puro mío tu cuerpo”cantada enteramente a dúo mixto trae sabores a ron antillano y tabernita portuaria. Una bella melodía y un acompañamiento muy logrado con el que el sexteto bilbaíno parece querer recuperar sus raíces folk.
Con “Como un nombre” el grupo parece recuperar la atmósfera teñida de melancolía que preside todo el disco. Es tal vez el tema menos brillante de un muy buen disco. Se cierra el long play con el desparrame festivo y casi discotequero de “One, two, three, four, five”, una sorpresa cosmopolita en la que unos Mocedades en plena madurez demuestran lo bien que cantaban y lo creíbles que resultaban hicieran lo que hicieran.
“Mocedades 8” no es el disco más vendido, más recordado ni más famoso del grupo; sin embargo, ahora que estoy escuchando con detenimiento su discografía, me parece una joyita perdida entre otros con más nombre, cuya escucha recomiendo a los fonotequeros que no se conformen con los temas de relumbrón y quieran ahondar en las esencias de la música de este grupo.