Dieron las doce en su mirada,
con la alborada yo le dejé.
Él abrazado a su melodía,
yo a mi silencio pensando en él.
Él abrazado a su melodía,
yo a mi silencio pensando en él.
Era tan grande como su orgullo
pero pequeño, tierno a la vez.
Yo le temía por su grandeza
pero adoraba su pequeñez.
Yo le temía por su grandeza
pero adoraba su pequeñez.
Ese poeta sentado al piano,
cuerpo encorvado entero vi,
dice llamarse Ludwing Van Beethoven,
dejadlo él sólo quiere escribir.
Dice llamarse Ludwing Van Beethoven,
dejadlo él sólo quiere escribir.
Dieron las doce en su mirada.
Dieron las doce en su mirada.
Dieron las doce en su mirada.
Dieron las doce en mi mirada.
Dieron las doce en mi mirada.
Dieron las doce en mi mirada